El Gobierno español promoverá la elevación de la aportación de cada Estado a los presupuestos de la UE al 1,5% del PIB para poder hacer frente a la crisis y financiar la cohesión de los nuevos socios. El Gobierno condicionará sus compromisos de ayuda al desarrollo al cumplimiento de la estabilidad presupuestaria, estableciendo mecanismos de control para evitar el uso indebido de esas subvenciones.
La aportación de cada Estado miembro a la UE se ha ido reduciendo por exigencia de Alemania y otros países contribuyentes netos. Actualmente no llega al 1% del PIB cuando hace 10 años se situaba en el 1,4%. Los grandes retos que tiene planteados Europa exigen un incremento de las cuotas de todos los estados. Por el contrario, el Gobierno jamás ha cumplido su compromiso de aumentar la ayuda a los países en desarrollo hasta el 0,7% del PIB. Ese objetivo debería mantenerse a largo plazo, pero siempre condicionado a un equilibrio de las cuentas públicas.
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